viernes, 25 de enero de 2013

Se paró el péndulo



Yo amo a un hombre. Lo amo como aman ciertas especies de pájaros: sencillamente y hasta el final.
Hoy me quito una máscara más, la última, esa de mujer inalcanzable que no sueña ni necesita a su compañero. Me desnudo en público y en privado: yo soy mujer que necesita al compañero de su alma. Te necesito, hombre. Te necesito como a la luz, a la montaña y al agua fresca.

¡Cuánto miedo hubo en el pasado! Yo te quiero como a las piedras, como a las plantas, como a la mermelada casera de melocotón, así de sencillo, así de natural, así de necesario. Te quiero como un rumor suave y constante de cosas simples y maravillosas, de cosas que realmente tienen valor: un abrazo en la cocina, un beso en la cama, un arroz cocinado en una sartén vieja, una canción, un baile, una risa inesperada, una infusión de tomillo caliente cuando hay resfrío, una separación de días que no duele, un sueño de placer, alegría y paz.

Si no le temes a la música, a los chistes, a las caricias, a los gatos, si no le temes a la poesía, al cariño inocente, al sexo salvaje y a la libertad, entonces, no tienes por qué temerme a mí. Yo soy eso, y todo lo infinito-demás que suena a tranquilidad y a placer natural.

Yo te quiero, compañero, te quiero de verdad. Quiero disfrutar de la vida contigo. Mi útero palpita de gusto cada vez que te veo, te siento o te pienso. Sólo aspiro a expresar mi amor por ti. Y a que tu me lo expreses.

Y si quieres, si ha de ser así, contigo me quedo hasta que arrastremos los pies por las alfombras de casa, hasta que se te caigan todas las muelas, hasta que las arrugas tracen divertidos dibujos en nuestras caras, hasta que las rodillas se oxiden y los pelos encanezcan o desaparezcan para siempre.

Yo te quiero con todo el sentío, si me aceptas, vengo en pack completo.

Yo te quiero con toda mi alma, si me aceptas, la confianza será la reina de la casa.

Y si no, también....y si no, también.

Y si algún día ya no te quiero más? Eso es imposible. Yo soy amor, y no puedo dejar de amar. Sería como decirle a un pez: "Y si algún día te pones a pastar hierba en el prado?". No sé qué contestar a eso, es rara la pregunta... diría mi yo-pez. Se me hace difícil imaginarlo, pero, si eso pasara, pues ya veremos qué hacemos, no? Tal vez te apetezca pastar conmigo o trazar un plan de salvación para peces mutantes que quisieron ser vacas rumiantes... o hacerme unas fotos y mandarlas al National Geographic, ya veo los titulares: "Pez tropical salta del agua y se convierte en pez-vaca".

Y si algún día ya no me quieres? Ay, ahí me cuesta más hallar respuesta....me da igual, asumo el riesgo, seguro que todo va bien. Se me ha roto el corazón varias veces, y mira, tan fresca, aquí, sintiendo un amor nuevo y tranquilo, un amor resplandeciente y lleno de posibilidades de disfrute.

Te quiero, de una manera tan simple, que cuesta de entender. Te quiero ahora, en este momento, y con eso hay más que suficiente. Te quiero en libertad total, tal y como eres, sin quitar, poner ni esperar nada... nada más que quererte.