viernes, 22 de julio de 2016

La espiritualidad en términos psicosociales

Adoremos al señor. Alabemos al señor. Hagamos lo que dice el señor sin rechistar. Los caminos del señor son imposibles de entender y cuestionar, pero todo lo hace por nuestro bien. El señor es el único que existe. No habrá otros señores más que él. El señor todo lo puede. Cuando mi cuerpo muera, el señor me recompensará con su presencia en un paraíso maravilloso. Mi cuerpo es pecado; los pecados de la carne. Mi cuerpo no es nada, materia corrompible. Hay que ser grato a los ojos del señor.

El señor así retratado es un abusador de libro: hay que adorarle para que esté contento, hay que estar todo el día hablando bien de él, hay que obedecerle sin abrir la boca. Hay que sufrir con su despotismo e irracionalidad, porque algún día (hipotético e impredecible) nos recompensará con nuestro servilismo con una paraíso incierto. El señor es un celoso y un controlador, pues no nos permite que consideremos la existencia de otros señores. El señor todo lo sabe de nosotros, es un espía o un paranoico, o las dos cosas. El señor es muy poderoso, por eso le tenemos miedo. No me extraña entonces que tenga tanto poder sobre una masa aterrada. Eso no es poder, eso es ejercicio abusivo del poder mediante la traumatización del ser humano. 

Querer que a uno lo adoren sin parar es un rasgo típico del narcisista perverso. Lo describe cualquier manual de psicopatología. Querer controlarlo todo y saberlo todo, también es típico de personalidades paranoides y con graves problemas de control.

Lo siento, pero ese dios no existe como tal. Es la máscara metafísica de un sistema de abuso palpable y real, difícil de tragar, pero real. No te evadas. Afronta el miedo, de otro modo, no escaparás de sus garras.

El señor se parece demasiado a las psicologías del maltratador que veo a diario en los casos penales que afronto o en las mujeres a las que trato de ayudar a escapar de sus maltratadores. Celosos, irracionales, cambiantes, prometedores de amor falso, controladores del cuerpo ajeno, embaucadores (enganchando a su víctima con falsas y vacuas promesas de mejoras en el futuro) y exigentes hasta un punto de demencia. 

El señor es un dictador con cara de buena persona. Como casi todos los dictadores de esta era nuestra tan dura: bajo sonrisas ecológicas y buenos modales, convenientes cubiertas de azúcar por todas partes, anuncios de vacas felices en el prado ocultando la barbarie de la explotación animal, mentiras que suenan de lo más cool, yace el abuso de siempre, que lucha por seguir controlando al otro, por apoderarse de su cuerpo.

Y la única razón por la que la religión denosta tanto el cuerpo, es porque lo quiere controlar y teledirigir mediante la mentira y el miedo, y quiere hacerlo, precisamente, porque sabe lo poderoso que es el cuerpo. Porque sabe que no hay nada más que eso, y nada menos. Porque sabe que somos un cuerpo, pero tiene que convencernos de otra cosa para poder usar nuestro cuerpo a su antojo.

No puedo en un artículo abarcar todas las interconexiones que ahora veo en la psicología del abuso, y de la cual la mayor parte de personas son aún inconscientes víctimas. Pero déjame decirte algo que tengo claro como el agua: la primera y más brutal indoctrinación en la psicología del terror viene dada por el carnismo o mentira de que hay que asesinar a nuestros hermanos pequeños en el mundo animal para comerlos. Una vez captado el ser humano ahí, ya forma parte del club del abuso, lo sepa o no, le guste o no, lo quiera o no. La eficacia de la maldad desplegada con esta argucia de control, es ciertamente propia de una mente muy inteligente y avanzada, pero de nulo o escaso valor empático o amoroso. Es  la mente propia de un psicópata: ladina, fría, eficaz, potente pero completamente odiosa de la vida, que sólo le sirve para fagocitarla cual parásito, y lo hace a través de cada uno de sus adeptos carnistas, esclavos inconscientes del sistema del mal instaurado por un dictador que se hace llamar Satán o Jehová, según te apetezca mirarle a una cara o a la otra. Al igual que la doble cara de los maltratadores, simpáticos por fuera a nivel superficial y social, unos torturadores malévolos a puerta cerrada cuando se saben seguros para herir y maltratar. La dualidad que le llaman los budistas, maestros del arte de la evasión mental y de no llamar a las cosas por su nombre.

Como el carnismo, o devoración, previo asesinato en masa, de nuestros entrañables, inocentes y pacíficos compañeros de vida, los animales, es introducida en las fases de la infancia más precoz, para cuando el ser humano tiene la capacidad de conectar al animal vivo con la infame cosificación de él realizada en una salchicha o un muslo de pollo, o una loncha de jamón de york, para entonces, como trato de explicar, el niño tiene ya establecido todo un circuitaje multinivel en su cuerpo de adicción a la proteína animal, la sangre, la mucosa vaginal animal y la cadaverina: un circuitaje químico, psíquico, inconsciente, social, trascendental y afectivo. 

El inconsciente no existe por sí mismo: el inconsciente se crea mediante la traumatización del ser humano. De ahí que muchas espiritualidades veganas y no veganas, insistan en la consciencia plena, es decir, que te enteres de todo lo que te pasa, que lo saques a la luz. Sólo entonces serás un ser de verdad con todos sus atributos reales. Por eso el veganismo es crucial para ser realmente consciente: tienes que destapar toda la trama especista que está atándote a un sistema abusador sin que realmente alcances siquiera a calcular el enorme impacto que el carnismo está teniendo no sólo en ti, sino en todos nosotros y el planeta!

Sólo afrontándolo podrás realmente afirmar que eres consciente, sapiente y autorresponsable. Sólo entonces podrás tener licencia para afirmar que eres bueno o malo. Sólo entonces serás libre para decidir si engrosas las listas del abuso y el terror, o las de la paz y la concordia. Pues mientras no elijas ser malo para los animales y despreciar abiertamente sus vidas con toda conciencia, no estarás definido como ser. Tu decisión tendrá consecuencias de toda índole: personales, sociales, espirituales, sensoriales, ecosistémicas y emocionales.

Si es verdad que la mies se separará del grano, y que al final sólo quienes aboguen de verdad por la paz heredarán la tierra, espero que tú seas uno de los coposeedores de la misma, pues esta tierra nuestra es el añorado paraíso, sus criaturas la pulsión misma de la sagrada existencia, y si tú aniquilas la vida, no eres parte de la vida, sino de la violencia y de quienes desprecian la inocencia.

Mientras el carnismo nos mantiene esclavos y drogados, violentos sin saberlo y sucios por dentro, los manipuladores hacen y deshacen en el mundo físico, el cual antes se encargan de presentarte como ilusorio en muchas doctrinas orientales (otra treta de manipulación mental) o como malo (los ricos son perversos, la riqueza te corroe el alma, los pobres son los buenos, etc).

Mientras tú debates sobre la raja de la habitación de la primera planta de la casa, los cimientos se pudren por momentos, pero están tan escondidos, que no se te ocurre mirar ahí. De igual manera, las gentes hablan de las guerras, el asesinato de aquí, la catástrofe de allá, mientras en la misma base de sus existencias, declaran una guerra a los animales de la peor violencia que ha existido nunca.¿Por qué crees que no ves mataderos por donde vives? ¿Por qué crees que Oscar Mayer no te pone un vídeo de cómo tortura a los cerdos? ¿Por qué crees que se hace un esfuerzo tan grande por ocultarte esto? ¿ Aún crees que no hay una razón, ciertamente no buena, para ello?

Te urjo a que hagas la transición al veganismo. Te puedo asegurar, como persona que fue una adoradora de la carne, una adoradora del mal sin saberlo, que no es posible calibrar la magnitud del daño generado con el carnismo mientras se está abducido por él. Al igual que el heroinómano no llega a entender el peligro en que pone su vida, o el alcohólico al volante puede calibrar la potencialidad homicida que tiene en ese momento de otros por su imprudencia.

Te aseguro que si lo haces, algún día entenderás mejor estas palabras, y de lo único que te arrepentirás, es de no haber hecho esto  mucho antes. 

Vuelve a la sanidad mental y corporal, y vuelve a tu naturaleza vegana  de la que nunca deberías haber sido secuestrado.





domingo, 17 de julio de 2016

I wonder why they get away with it


That I read on a post after brutal news of a murdered woman after his brother's honor offence in an Islamic State. The simple ilogics of violence can be summarised this way: "Let us kill someone or abuse someone because we are entitled to". Do not try to go any further into an abuser's mind circuit. That is all you will basicly find in there: "I am entitled to kill others for my own purposes or self-indulging". End of the story of the fine logic of any abuser.
Well, now all these civilized and good hearted people comment after the terrible news: a cascade of saintly people expressing their horror about the girl murdering (totally right) whilst they eat a pork rib at Wendy's.
They wonder why Islamic men get away with it. You wonder why people? Then let me explain to you why! This man gets away with his murder THE SAME WAY YOU ARE GETTING AWAY EVERYDAY WITH YOUR CHICKEN SANDWICH.
To them, a woman is not a real person or a being with rigths to live or right to dignity. For you, the same applies to animals. In their countries, it is a tradition to kill woman for man's purposes. In yours, it is a tradition to kill certain animals for your own glutony purposes. But animals do not feel. But women do not feel.
Men in Islamic states feel entitled to dispose of women's lifes for their own selfish purposes. You do the same with pigs, chickens, cows and fishes. You feel entitled to kill them and you do not even feel remorse. You get away with it everyday too.
You wonder why, people of the world, you wonder why! They get away because you get away and viceversa. Because there is a general tolerance to abuse and murder of others that is sickening.
You only get distressed by the brutal abuse done onto your species and do not feel a thing about other animal species, the same way men get not distressed at all about women, due to the same fact: they belong to a different gender. It is the same reasoning. Do you still wonder why? Can not you see the way we all have been indoctrinated to justify abuse into animals (because THEY ARE NOT LIKE US) just the same way men get indoctrinated in Islamistics States against women (BECAUSE THEY ARE NOT LIKE THEM)?. No one should be alike to you for you to respect their life! What kind of a sissy excuse is that? Are you kidding me? Shut up then your big mouth and do not pretend you care about abuse for real. You see the fault in others and self indulge in your own ways of abuse.
The awful truth is animals are putting up with all the repressed brutality of a whole speciesist society EVERYDAY and this society is GETTING AWAY WITH IT on regular basis.
Abuse is always the same no matter who the abused victim is, and it comes from the same source, but springs invisibly and mainly through daily animal slaughter and murder (and you all get away with it!), and locally and partially through other types of violence derived from the same basic kind of terror ideology: sexism, dog eating festival in China, racism, terrorist attacks in Nice, giraffes hunting in Africa, forced prostitution of little girls in Brazil, Russia, Islamic States......
Do you really want to live in peace? Go vegan then: stop justifying animal mass killing (i.e., holocaust). Go to the very root of the violence and dig into your own social indoctrination into abuse through flesh eating and speciesism.
Well, you wondered why the muslim murderer got away!
Now, you know why.

I wonder why they get away with it


That I read on a post after brutal news of a murdered woman after his brother's honor offence in an Islamic State. The simple ilogics of violence can be summarised this way: "Let us kill someone or abuse someone because we are entitled to". Do not try to go any further into an abuser's mind circuit. That is all you will basicly find in there: "I am entitled to kill others for my own purposes or self-indulging". End of the story of the fine logic of any abuser.
Well, now all these civilized and good hearted people comment after the terrible news: a cascade of saintly people expressing their horror about the girl murdering (totally right) whilst they eat a pork rib at Wendy's.
They wonder why Islamic men get away with it. You wonder why people? Then let me explain to you why! This man gets away with his murder THE SAME WAY YOU ARE GETTING AWAY EVERYDAY WITH YOUR CHICKEN SANDWICH.
To them, a woman is not a real person or a being with rigths to live or right to dignity. For you, the same applies to animals. In their countries, it is a tradition to kill woman for man's purposes. In yours, it is a tradition to kill certain animals for your own glutony purposes. But animals do not feel. But woman do not feel.
Men in Islamic states feel entitled to dispose of women's lifes for their own selfish purposes. You do the same with pigs, chickens, cows and fishes. You feel entitled to kill them and you do not even feel remorse. You get away with it everyday too.
You wonder why, people of the world, you wonder why! They get away because you get away and viceversa. Because there is a general tolerance to abuse and murder of others that is sickening.
You only get distressed by the brutal abuse done onto your species and do not feel a thing about other animal species, the same way men get not distressed at all about women, due to the same fact: they belong to a different gender. It is the same reasoning. Do you still wonder why? Can not you see the way we all have been indoctrinated to justify abuse into animals (because THEY ARE NOT LIKE US) just the same way men get indoctrinated in Islamistics States against women (BECAUSE THEY ARE NOT LIKE THEM). No one should be alike to you for you to respect their life! What kind of a sissy excuse is that? Are you kidding me? Shut up then your big mouth and do not pretend you care about abuse for real. You see the fault in others and self indulge in your own ways of abuse.
The awful truth is animals are putting up with all the repressed brutality of a whole speciesist society EVERYDAY and this society is GETTING AWAY WITH IT on regular basis.
Abuse is always the same no matter who the abused victim is, and it comes from the same source, but springs invisibly and mainly through daily animal slaughter and murder (and you all get away with it!), and locally and partially through other types of violence derived from the same basic kind of terror ideology: sexism, dog eating festival in China, racism, terrorist attacks in Nice, giraffes hunting in Africa, forced prostitution of little girls in Brazil, Russia, Islamic States......
Do you really want to live in peace? Go vegan then: stop justifying animal mass killing (i.e., holocaust). Go to the very root of the violence and dig into your own social indoctrination into abuse through flesh eating and speciesism.
Well, you wondered why the muslim murderer got away!
Now, you know why.

sábado, 9 de julio de 2016

Bulls and human victims

My name is Carolina Espejo. I am vegan and a musician. Among other things.

In the village where I am residing at the moment, a young man was killed yesterday by a bull during the shameful local celebrations. Everybody is now excited and living up to the communal created drama. They finally feel something intense is happening in their dull lives.

TV cameras wonder around the village, and they all feel suddenly very important and objects of attention.

What this sadistic people do not seem to understand is that having as the "main course" of their fiestas the bull rodeo or bull chasing is, to start with, a barbaric and most shameful action.

The poor animal literally freaks out chased and pushed by these sociopathic people, whose compassion is so blinded and their emotional wiring so burnt out, that they actually enjoy and have fun by causing suffering, stress, mistreatment, pain and death to such an innocent and beautiful creature. They indeed enjoy death and drama in all its forms, and, being animals the most innocent ones, they abuse them with barely no limits at all. Today local people have another victim (human this time), so they are enjoying in this sick way even a bit more than usual.

If someone gets killed in the process of a cruel bull street chasing, well.. who cares? Not even the same people who now pretend, mourning and feeling so shocked and hurting so much for the deceased young boy,s family and so on.....not even they really care about humans to start with, otherwise they would never allow this kind of actions to take place, as they involve serious risk to people also.

I guess that now the poor bull, in a desperate action of self-defense, will be depicted as the evil one, the violent one and the dangerous one, in a clear and obvious ACTION OF REVERSING FACTS. The victimisers just project their own violence into the bull, and FORGET OR DISSIMULATE the fact that they have created all the suffering to start with, by depriving the bull of dignity and using him as a most shameful object of cruel enjoyment. Once they create the anger and the stress and break the integrity of the animal, then, and only then, claim, as only a dumb person could possibly do, that the poor creature is brave and dangerous, brutal and attacking, and so the fiesta is justified.

Only people without logics and compassion could really argue something like that, but they still do.
In domestic violence court cases the same tactique can be appreciated many times at play: men just push their partners to extreme and shocking situations with constant bullying, menacing, insulting or family neglecting, and, when victimized women logically react WITHIN the acute stress suffered consequently by their ex's actions, and they express natural anger or loss of control, then victimizers try to depict them as witches, crazy, dictatorial, bad-tempered or wicked persons. The bound in between sexism and animal abuse is so clear, that, once more, the intersectionality of violence is proved. You can not be a carnist and avoid violence reappearing somewhere else: in women, in dark races, in polithics,,,,,everywhere.....peace is peace. It is an absolute. Certain things are absolutes: you either are pregnant or you are not. You either respected a person or you did not. You can not be partially pregnant. You can not partially kill someone. You can not partially respect a person. It is either one thing or another. Some things in life have an absolute quality to them. And eating animals is totally wrong and therefore causes consequences that are totally wrong. It is simple, as all truths are.

Sounds familiar? Bulls, sexism, victimizing....the same crazy mechanism that keeps us apart from peace and kills us all at the end: kills our bodies, our dreams, our peace, our environment, our morals, our life.

You shall not kill. Respect all types of lifes, without exceptions.

Self-defence is a righteous act: the bull acted in self-defence. He is the innocent one. He was always the innocent one. And we must protect innocence above all things.









jueves, 2 de junio de 2016

La relación de pareja

La relación de pareja es un binomio, un equipo, una asociación de a dos. Juntos se crea algo que no se da por separado, y ese algo es emocionante, es vivificante, es enriquecedor, es valioso, nos gusta, nos motiva, nos hace crecer, nos reta, nos llena de placer, nos emociona, nos saca de nuestras casillas, nos mejora, nos da paz, gustito, nos da un hogar, la posibilidad de formar una familia. Nos da inspiración, nos da tranquilidad. Nos da excitación, nos da dulzura, cariño.Nos da romance, nos da amor, maravilla, sueño, relajación gloriosa. Nos da profundidad, trascendencia, nos amplía, nos ensancha, nos da fortuna. Nos lo da casi todo. Para casi todos, la pareja es el pivote central de nuestras vidas adultas. De ella nace la vida, el nuevo tejido social. De la unión de un hombre y una mujer nace la vida. La pareja nos da la vida. Es aquello que orquesta el resto de cosas de manera genial. Y es aquello sin lo que ese resto no tiene tono y se torna flácido.

La relación de pareja es un todo completísimo donde elegimos al compañero para la ginkana que es la vida: nos gusta cómo juega, cómo es, sus habilidades, su esencia. Nos gusta estar a su lado. Nos gusta estar juntos.

La relación de pareja trae consigo tres elementos básicos esenciales: la maravilla ésa que se da, y que no sabemos por qué, no se da con nadie más así, de esa manera tan increíble como se da con quien elegimos como pareja. Es la magia, la chispa, el no-se-sabe-qué que nos mantiene unidos, que nos hace especiales como pareja, que hace que seamos nosotros y nadie más que nosotros. Es la pasión de pareja. Incluye el sexo como elemento de apego y de acercamiento, el sexo como pegamento. Es la intimidad de los que se atraen y se aman de esa manera con la que sólo se atraen y se aman los compatibles, cuando la chispa se da entre personas sin patologías notables (huelga decirlo). Es la admiración por el otro, la adoración del otro. Es tenerle en un puesto especial de nuestro corazón sin saber por qué. Porque es él. Porque es ella. Porque es como es. Si hubiéramos de emplear la analogía de la ciencia química, diríamos que es la carga positiva del átomo: la que activa, la que suma, la que hace crecer, la que es intensa y se proyecta hacia más.

El segundo componente es uno más neutro quizá, pero no por ello menos importante: la facilidad para convivir, para estar juntos en lo rutinario u ordinario. Es la comodidad que siento junto al otro en la casa, la facilidad con que me acoplo a su compañía, que me guste que esté cerca mientras trabajo y no  me moleste su presencia, que podamos incluso trabajar juntos. Es la clave para una convivencia exitosa: el otro me permite estar en lo privado casi como si estuviera solo: no me incomoda, no me corta, no me sobreexcita. Puedo estar con el otro en lo diario. Es lo que me hace ir al restaurante y estar cómodo en la manera en que el otro está en esas rutinas sociales; es poder ir al supermercado sin cargarme, es pasear sin grandes sobresaltos juntos. Por continuar con la analogía química, la compatibilidad de caracteres sería la carga neutra del átomo: no excita, pero no detrae energía tampoco. No es megaexcitante pero permite algo sereno y básico sin lo que el resto no podría desplegarse y desarrollarse, crecer y volar. Aquí los cónyuges son como amigos, como buenos compañeros de piso.                                                                                                                                                                      

El tercer elemento es lo que nos molesta y enerva del otro: es aquello que nos irrita o nos parece absurdo en el otro. Lo que no entendemos, o bien el defecto o la tara que vemos en el otro. Es su cabezonería, su frialdad repentina, sus manías absurdas, sus contradicciones. Son sus defectos de carácter. Es el material que permite la unión final y el sostenimiento de la pareja, pues la parte sombría de la pareja va presentándole retos y pruebas, con el fin de que ésta no pierda el tono y se torne fofa. El material negativo es el dragón que esconde el tesoro: son las pruebas de la ginkana. Son aquellas crisis que tras la superación conjunta, hacen a la pareja más pareja de lo que era antes. La unen, la conforman, la esculpen, le van dando forma. Son los electrones de la ecuación atómica del amor de a dos. Son esas cosas que no queremos aceptar en el otro, que no nos gustan, que nos sientan mal. Que nos remueven, que nos acongojan, que nos entristecen, que nos limitan incluso. Son las restas, las divisiones, las ausencias, los enfados, los malentendidos, los abandonos incluso. Y aquí es donde hay que comprometerse a no salir corriendo. Es el tercer componente del amor maduro y estable: el compromiso, la obligación aceptada voluntariamente. El "nos quedamos para el otro pase lo que pase". Sin dudas ni fisuras.

En la química de la pareja los tres aspectos de la misma deben darse de una forma que permita la estabilidad y adecuada transformación y evolución de la misma. El aspecto positivo es la chispa de ignición y lo que mantendrá el vínculo en los tiempos oscuros o escabrosos. Es la pasión. El enamoramiento.

 El elemento neutro posibilitará el goce de la convivencia y la formación de una familia. Es la camaradería, la amistad, la complicidad de los que se llevan bien.

Y el elemento negativo mantendrá a la pareja en forma y la hará mover el culo cuando tienda a apalancarse. Le hará separarse para volver a desear la unión. Le hará enfrentarse para volver a recordar cómo se valora la presencia del otro. Le hará retirarse para volver a recordar cómo se echa de menos al otro. Es el compromiso.

Cuando hay compromiso, pero no hay pasión, hay una pareja eficiente pero sin gracia. Cuando hay compromiso y sexo, pero no hay amistad, la pareja no prospera ni se lleva a término: hay un tórrido affair o una aventura. Cuando hay pasión y amistad, pero no hay compromiso, tenemos una relación light o que nunca pasa del noviazgo iniciático. Y se agota al final siempre pues no puede crecer sin el compromiso mutuo.

Cuando tenemos las tres cosas, podemos decir que efectivamente, estamos en pareja. Y esas tres cosas, en parte vienen dadas, y en parte requieren de un acto de voluntad. El compromiso es el broche de cierre de una pareja: es lo que la hace redonda y real. Es lo que te hace ir al trabajo todos los días aunque no quieras, porque quieres seguir teniendo una casa, una familia y un fin de semana en el mar. Es lo que te hace conservar las cosas.

La pareja, es, parece, un arte. Pues el material base nos viene dado, pero esculpirla y crearla es ya fruto de un acto de persistencia y de voluntad. Como todo acto creativo, tendrá sus picos y hondonadas, sus ciclos. Como todo acto creativo realmente fructífero, no saldremos corriendo ni abandonaremos la obra sólo porque nos presenta retos aparentemente insalvables. Si estamos lo suficientemente enamorados y motivados, seguiremos hasta el final adelante.






jueves, 21 de abril de 2016

La psicopatía carnista

Las mafias, cultos demoníacos, organizaciones criminales y sicarios profesionales, y en general, cualquier clase de psicopatía organizada, tiene unos mecanismos concretos de sellar los lazos enfermizos de entre sus captados o víctimas. Todos hemos oído hablar de cómo los pandilleros imponen a quien desea formar parte de su grupo la prueba de fuego de acceso, que suele consistir en la comisión de un delito.

Conocemos también la tesis sobre el triste caso de las niñas de Alcásser, y cómo se barajó la hipótesis de que se tratara de un pacto de sangre para sellar y vincular a personas pertenecientes al crimen organizado.

Las misas negras incluyen siempre la ejecución de varios animales inocentes, y el Ku Kux Klan organiza asesinatos periódicos de negros con el fin de reforzar los lazos criminales entre sus miembros.

Toda vinculación criminal o sectaria se basa en el silencio sobre un acto punible. O sobre la aceptación tácita o expresa de un acto de violencia más o menos vergonzoso.

Cualquiera podría estar ahora retorciéndose incómodo al leer esto, pero no se plantea que, si no es vegano, lo cierto es que está participando en la masacre diaria y psicópata de miles de animales a diario, mientras que a la vez se cree un ser muy civilizado y digno de respeto, así como de exigirlo. Lo sepa o no, lo justifique o no, eso es lo que está haciendo.

El carnismo es el último eslabón de la esclavitud y el secuestro emocional del ser humano. El ser humano está siendo indoctrinado desde que nace, cuando es aún un ser desvalido e inocente, en la normalización y cosificación del asesinato de sus semejantes, los animales, bajo la burda mentira de que, por pertenecer a una especie distinta dentro del mundo animal, no son sujetos, sino objetos. Y no sólo en ello, sino en el sacrificio sangriento y ritualístico diario y, lo más enloquecedor de todo, la ingesta de los restos cadavéricos de su asesinato.

Esta barbarie se disfraza de numerosos eufemismos, convenientemente maquillando la insufrible la realidad: industria cárnica, filete, foia gras, chaqueta plumífera, huevos, producto lácteo, pesca de arrastre, omega 3 y sus beneficios en el colesterol, salchicha, barbacoa dominguera... y más basura pseudocientífica y sociocultural que sólo pretende cegar las conciencias humanas.

Cuando descubres que el huevo es la mucosa ovárica de una hembra, y lo dices, te llaman sujeta provocadora y grosera. Sensacionalista, te dicen. Exagerada. Hasta tal punto nos han ajilipoyado a todos.

Cuando les dices si se inclinarían a chupar las ubres de una cabra o vaca recién devenidas madres para tomar leche, o echarla en el café, o les invitas a que te saquen a tí un poco de la tuya con un sacaleches, te miran horrorizados, sin saber que eso es precisamente en lo que están participando, convenientemente parapetado tras un tetrabrick mentiroso que te enseña a una inocente vaca pastando en un lugar precioso. Mientras que en realidad, la vaca es violada por un  mamporrero que a menudo sufre de zoofilia patológica, es explotada, sufre de mastitis, descalcificación, le roban a sus bebés recién nacidos entre lágrimas y violencia digna de psicópata de libro y las succionan con maquinaria sin misericordia de ninguna clase y en la más total de las cautividades.

Si fuera verdad que existe una mafia de origen no terrestre y de ánimo malévolo y explotador, cuya principal misión fuera esquilmar y abusar del humano y del planeta, el carnismo es la mentira más falaz y repugnante que nos hemos tragado para darles el juego energético necesario para seguir siendo los inconscientes zombies participadores y financiadores de sus macabras y diarias misas negras con sacrificio ritual y sangriento de inocentes.

Somos piezas ciegas de un sistema de psicópatas, partícipes teledirigidos de un ritual negro, somos engañados vilmente cada día, nuestro psiquismo es roto y brutalizado respecto de los animales, y vamos por la vida pensando que somos de lo más listos y bondadosos. Mientras, con esa parte secuestrada de nuestro psiquismo, el mal campa a sus anchas, y nos roba la vida y la paz frente a nuestras propias narices y en cada comida diaria que se hace a costa de la vida de un inocente.

Eso es lo que está pasando. Sin tapujos, al desnudo. Puedes salir de ello en cualquier momento, ahora.

El carnismo es la adicción más fuerte que padece el ser humano. La más ciega, la más negada. Posee todos los rasgos típicos del comportamiento adictivo: quien la sufre, no la ve. Quien la sufre, la deniega con todos los argumentos habidos y por haber. Quien la sufre nunca le da la verdadera importancia destructiva que tiene. La niega taciturnamente.

Como el carnismo es la adicción más generalizada y consentida socialmente, es decir, es el vicio más generalizado en la sociedad, al problema de por sí ya peliagudo de sanar dicha adicción, se añade el de lo oculto que el hábito pernicioso o patológico se halla en el psiquismo colectivo.

Otra característica de una adicción es que se torna tal precisamente porque se ha acostumbrado al cuerpo a una química reactiva innecesaria y antinatural, de la cual el cuerpo ya no sabe ni puede desprenderse. La sustancia adictiva es por definición nociva para la salud e INNECESARIA para el organismo. Nadie se hace adicto al brócoli, al arroz o al agua....porque son alimentos naturales y buenos para nosotros. Nadie dice: no podría vivir sin brócoli. En cambio, prescindir del jamón de york, la pechuga de pollo o el queso se nos hace inconcebible, incluso nos irrita, ni de coña vamos a dejar de comernos eso, decimos. No podría vivir sin el queso, sin mi café con leche, sin mi bocata de jamón, sin mi cigarrillo, sin mi cerveza, sin mi marihuana, sin mi coca......cada uno desarrolla una adicción a algo ingerible o adicionable al organismo, y es obvio que siempre cree que es el otro quien tiene la adicción peor, pero no él. Con la devoración animal tristemente creemos esto también, aunque no es cierto. Los veganos de años somos la prueba viviente de que NO es necesario para vivir y tener salud. Los niños criados en el veganismo demuestran la mentira.

El especismo es la violencia más generalizada aún, la más inconsciente, la más silenciada, la más extendida, la más grave, la de mayores repercusiones generales, y, por ello, la que debemos erradicar en cuerpo y alma si realmente aspiramos a la paz social, a la de espíritu, a la espiritual, a la emocional, a todas las paces posibles.

El especismo es una violenta mentira. Una violenta esclavitud. Un tabú lleno de sangre y cadáveres. Es violencia en estado puro. Y si no lo abandonas, esa psicopatía forma parte de tu cuerpo, de tus hijos, de tu casa, de tu vida.

Y no lo sabes. No sabes en realidad de lo que estás formando parte. No lo sabes, porque si lo supieras de verdad, no podrías seguir formando parte de ello.

O al menos, eso espero.