domingo, 20 de marzo de 2022

Crónica de un desengaño (carnista) anunciado

 Este artículo trata de la raíz de todas las cosas. De la base podrida que nadie quiere ver, del problema básico que nadie quiere resolver.

Conocí a alguien que me dijo que estaba en contra del maltrato animal, aunque por otro lado comía carne, pescado y secreciones corporales de animales. Este hombre, a quien llamaremos señor X, arguyó que era censurable aniquilar a los animales en el matadero industrial, pero que darles una buena vida en libertad para acabar sacrificándolos igualmente, era lo correcto y lo moral.

Es decir, que para él, tratar bien a un animal, hacerle creer que se le respeta y se le cuida, ganarse su confianza cada día con gestos propios de quien es amigo y protector, y llegar un día y asestarle una puñalada en el corazón, o rebanarle el cuello, era lo decente, lo normal y lo ético.

A su vez, en una obvia maniobra que se me apareció clara de inmediato, fingió ser mi amigo, me trató bien o actuó como si me tratara bien, pero en el fondo su objetivo conmigo era tan utilitarista como su actitud hacia el animal que él está dispuesto a engordar sólo para poder regodearse en el macabro festín de su carne muerta. Sólo que a mí no pensaba convertirme en filetes o entrecotes, sino en la persona que le haría el favor de ayudarle a salir de un embrollo legal. Aunque visto lo visto, he tenido suerte por ser animal humana, pues si hubiera sido hembra no humana, mi destino habría sido mucho más triste y cruento. Por si acaso, he decidido no quedarme nunca a solas con el señor X, no vaya a ser que le entre hambre, y me descuartice a traición en su demente configuración de la ley de la selva y de la supervivencia. Como me dijo una vez un pseudomacho alfa carnista: " si se tratara de tú o yo, claro que te mataría para sobrevivir". Qué bonito y qué romántico.

Creo que lo decente es siempre ir de frente. Y que si alguien quiere de mí que le ayude con un entuerto legal, basta con que me lo pida, y acordemos qué voy yo a percibir por esa ayuda. Pero arrojarme cacahuetes de falso aprecio o tibia amistad, como si yo fuera un pobre mono condenado a hacer reír a los desalmados humanos, era innecesario, amén de patético. El señor X sabe muy bien que la vaca se dirige al matadero más fácilmente entre sonrisas amistosas y aprovechándose de la confianza ganada con ella en un vil engaño diabólico. No tengo palabras para expresar la profunda repulsión que esto me causa, pues aunque condeno igualmente el maltrato y el asesinato de cualquier animal ( y para mí el ser humano es una animal también), no es mejor quien finge querer al animal para poder asesinarle mejor, que quien directamente le da el mensaje claro de lo que le espera.

Y una vez más he observado, en una tesis que se repite ad nauseam, que quien es especista es también falso, vacuo e hipócrita, y tiene completamente normalizado el uso de las personas también, por mucho que lo quiera maquillar con consignas metafísicas, frases manidas sociales y políticas, o tópicos zodiacales.

Son tantos los hombres y las personas en general ( pues el sexismo y el especismo no son exclusivos de ningún género), que se acercan a mí fingiendo lo que no son, fingiendo lo que no sienten, y usando la natural inclinación a la buena fe y a la confianza que aún milagrosamente conservo, para obtener de mí atención narcisista, vacuas dosis de refuerzo de su desvencijado ego machista/especista, o un favor material, que empiezo a pensar que ya no queda ningún humano mínimamente decente en el planeta Tierra.

No necesito promesas de una amistad que nunca llega, de un aprecio inexistente, de una comprensión fingida o que me envíen señales contradictorias de "me gustas pero no me gustas", para poder cumplir un pacto o mi parte de un trabajo. No necesito ser seducida, y cualquier persona que trate de seducirme aunque sea mínimamente para hacerme creer que quiere otra cosa de mí que no sea sexo fácil, atención sincera no recíproca, o un trabajo legal, o dinero, o la nacionalidad española, o que le compre un móvil, es una persona patética, tarada y manipuladora. Y una parte esencial de los problemas de los que luego se queja tan absurdamente.

Quizá no debería de haber pensado que esta vez el milagro de la conciencia se produciría, no debería de haber pretendido que las señales no estaban ahí vociferando "cuidado". Pero tenía que intentarlo, aunque fuera sólo por la poca bondad que pueda quedar en el mundo, por algún animal hermoso que tal vez pudiera ser salvado por la acción de mis palabras o de mis actos; tenía que intentarlo aunque fuera sólo por la vida misma que pulsa esperanzada en algún sitio, aunque pulse cada vez menos, cada vez menos....

Así que, especistas del mundo, seguid protestando contra el sistema, seguid pensando que soy un juguete básico y bobalicón al que hay que dorarle la píldora para que la estocada final del abandono le duela menos, seguid hablando de conjunciones planetarias y vidas paralelas, que, a mis ojos, sois la misma mierda de siempre: pura hipocresía utilitarista.

De nuevo compruebo que el especismo es el vicio moral más pérfido de la sociedad humana, y que su grado de brutalidad es directamente proporcional al grado de falta de empatía básica que recorre el tejido social a diario, envenenándolo sin piedad de una falsa apariencia de bondad y buenismo rancio que es poco menos que deprimente, decepcionante y propio de tarados o imbéciles profundos.

Los idiotas gritan y lanzan peroratas, disertan sobre derechos y libertades básicas, acusan a las élites de ser sanguinarios y pedófilos, de comer niños, de hacer rituales satánicos de extracción de adrenocromo; gimen sobre los complots de Soros para dividir a los géneros y se dicen de izquierdas o de derechas, pero lo cierto es que son todos iguales: despreciadores de la vida ajena, adictos a la sangre empapada en cortisol de los peces, aves y mamíferos que tragan sin piedad, y unos incoherentes de primera clase.

Fue ingenuo por mi parte creer que el señor X me apreciaba y que realmente deseaba mi amistad sincera. El señor X ve a las vacas y a las mujeres de igual forma: como carne que explotar. Y al igual que el señor X no le da a entender a la vaca de su establo que sólo pretende asesinarla, tampoco me dio a entender que sólo pretendía usarme aprovechándose de mi vulnerabilidad y de mi idealismo. Si le pudiera hablar con sinceridad a este señor, le diría que no necesito sus ridículos alardes de seductor de pueblo para motivarme en mi trabajo. Que para alguien como yo, sus modus operandi son prístinos y tristemente predecibles, y que ha cometido un grave error al creerse que soy gilipollas.

Pero claro, yo soy la radical, la loca, la que no ha entendido lo que ha pasado, la que alucina pepinos en vinagre. La que no entiende las cosas; la rara, la que no importa. 

Lo cierto es que tú y sólo tú, especista, eres el cobarde sin alma capaz de cultivar el amor en un ser puro e inocente mientras ocultas en tu retorcida mente el objetivo, desde la primera falsa y actuada muestra de cariño, de matarme. De matarle.

Dictus est.





viernes, 5 de febrero de 2021

LOS GITANOS

 

Uno de mis sueños de grandeza, tal vez el más antiguo, fue el de ser una gran pianista.


Intuyendo tal vez su imposibilidad, comencé a delirar por las noches, proyectándome a mí misma en una sala abovedada de cristal, silenciosa y transparente, encerrada en el fulgor de algún bosque desconocido; la luz difusa y prístina, penetrándolo todo. Y ahí estaba yo, de piernas cortas de niña de 6 años colgando sobre la banqueta, reproduciendo con mis manos las piezas clásicas que a veces oíamos en casa desde el surcado vinilo.


En aquellos breves instantes, más lúcidos y queridos que muchas escenas de mi supuesta realidad, me sentía triste y feliz a la vez. Feliz por poder, aunque fuera mentalmente, experimentar mi ilusión; y triste por la certeza brutal, que como un sello inmisericorde se me había estampado en la frente, de que jamás se cumpliría mi destino de pianista. Soñaba. Como el espíritu genial que se separa radicalmente de la vulgaridad de la existencia, tocada ad eternum con el laurel honorífico de lo sublime. Soñaba. Con la facilidad y candidez con que sueñan los niños, donde querer es siempre poder.


En mi clase del colegio había una niña que asistía a clases de solfeo en el Conservatorio de Música local. A veces me mostraba sus cuadernos pautados con aquellos trazados enigmáticos que representaban a los sonidos. Al contemplarlos, me decía a mí misma que algún día yo también descifraría el acertijo, sabría arrancar de aquellos espigados dibujos el secreto de la música. Así pensaba. Aprendería el lenguaje del alma del mundo.

Contemplaba a aquella niña como alguien tocado por los dioses, por los hados.

El deseo por la música se convirtió con el paso del tiempo en una fiebre. En un delirio incómodo. Y llegó entonces el día en que me cansé de imaginar. La fantasía ya no era dulce, sino amarga y cortante, pues cuando se imponía la realidad y el candor se esfumaba, me dejaba aún más desolada ante la certeza de su total inexistencia. El anhelo por la música se había hecho tan grande, que había traspasado la barrera de las ensoñaciones íntimas. Mi deseo quería existir, quería ser real. Yo quería existir. Porque aunque se empeñen en decirnos que no somos nuestros deseos, no somos más que eso mismo. Así pues, decidí que había llegado el momento de la revelación, de trocar lo platónico en materia, y, tremendamente nerviosa, escogí declarar mi amor por la música a la hora de la comida de un sábado cualquiera de familia obrera de la España de mediados de los 80.


-Quiero tocar el piano


Ahí estaban, cuatro simples palabras. En qué poco cabían todas las horas de imaginación y de ensoñación, todas las noches de matices desafiantes y de luces mentales. Qué pobre expresividad la de mis palabras, qué mal condensaban la inquietud de los años.


Y, simplemente, mis padres me miraron como quien mira un extraño perro verde en la pantalla de la televisión. Con frío desdén y ligera e irritante molestia, como esas cosas de niños que impiden poder disfrutar del apasionante y deprimente telediario.


-Quiero tocar el piano


Ahora se asomó una sonrisita burlesca a la boca de mi madre. Mi comentario le había hecho gracia.

-Esas son las consecuencias de ir a una escuela de pago. Que quieres ser como los niños ricos.

-No es de pago, es subvencionada- masculla mi padre

-Da igual. Su problema es que no acepta su clase económica. Quiere ser lo que no puede ser.


Aturdida, no acabé de entender que aquello era un rotundo y aplastante no. Mi madre siguió diciendo que yo era una obrera, y era muy estúpido y altivo por mi parte aspirar a los dones de la gente con dinero. Pensé en ese momento en el abrigo de visón que colgaba del armario de la entrada de la casa de mis padres, y del doble collar de perlas Majorica que mi madre lucía los domingos pavoneándose por el vecindario obrero en el que, según sus propias palabras, no se podía aspirar a los dones de los pudientes.

Seguí soñando no obstante una temporada más, y seguí diciendo que yo quería cantar y tocar el piano. Pero la rabia y los comentarios hirientes sobre mi maldad y egoísmo,  y mi falta de aceptación de mi estatuto socioeconómico, continuaron creciendo con cada una de mis peticiones. Hasta que por fin mi boca quedó sellada, y mi don musical abortado y detenido en una imagen de panning mental, borrosa y violenta. Comencé a odiar a la niña que estudiaba solfeo, como sólo se odia a aquellos a quienes se les conceden las dádivas con la misma naturalidad con que a nosotros se nos deniegan. Como a quien respira libremente mientras a una le ahogan con un trapo. Comencé a odiar a mi madre, como sólo se odia a quien te corta una mano por gusto, o se exhibe burlón ante ti con un pedazo de pan mientras te ha negado a ti el alimento durante semanas. Me planté delante del armario del zaguán de la casa, y lo abrí. Allí estaba, colgado, cubierto por un plástico largo, el abrigo de visón que casi rozaba el suelo del armario, y que mi madre se ponía de vez en cuando para pasearse por el barrio obrero de gente pobre en el que supuestamente vivíamos. Mientras contemplaba esa piel muerta colgante, escuché el veredicto: yo era mala por querer hacer cosas propias de la gente rica. Ésa, ésa era la sentencia de culpabilidad. Y era firme e irrevocable. Cerré de un portazo el armario, y sentí rabia. Pensé en quemar el abrigo, y con él, su sentencia condenatoria. Me vino a la mente la imagen de un fuego muy naranja, una especie de hoguera de las vanidades, purificadora y malvada; ahora sí, malvada.


Y vino mi cumpleaños. Recuerdo un jolgorio de niños concentrados en una casa muy pequeña, el pastel sempiterno de galletas mojadas en leche y chocolate, y el regalo. El regalo era un organillo pequeño, un Casio PT 20, un organillo infantil, a pilas. Las teclas eran minúsculas, y había en total dos escalas. Cuando apretabas unas teclitas con gomitas de colores dispuestas en hilera sobre el teclado, sonaban ritmos prefabricados horteras con nombres exóticos: bossanova, flute, fantasy, salsa, disco..... Aprendí a tocar el cumpleaños feliz y un par de canciones populares de campamento, todo ello con un acompañamiento de espanto. Hasta que pronto me cansé de aquello, y decidí confinar el órgano a la canasta de mimbre donde se guardaban los juguetes olvidados. Lo enterré lo más hondo que pude, entre muñecas triponas, vestiditos desgarrados, y pucherillos de cocina.


El sueño de la música se empezó a tornar, poco a poco, de color sepia. Empezó a ralentizarse hasta quedarse sin movimiento. Luego, empezaron a quemarse las esquinas de la sala con bóveda donde me imaginaba tocando, como se queman las esquinas de papel fotográfico después de pasarles un mechero. La imagen se empezó a convertir en un blanco y negro. El negro empezó a derretirse y a dejar manchas espesas sobre la estampa mental, como un chapapote. Al final, una penumbra comenzó a tragarse la imagen, a absorber con su absoluta negación las patas del piano de cola imaginario, a modo de preludio de lo oscuro. La penumbra aparecía ante mí como un enjambre en sordina, abigarrado, de puntitos eléctricos, amalgamados en gris, blanco y negro, punzantes y móviles, con una vida propia de larva cadavérica sutil. Yo podía escuchar el sonido monocorde de la penumbra, como un zumbido grave e ininterrumpido. Aquel enjambre etéreo y sordo, tomó despiadadamente, pacífica e inexorablemente, la antesala de mi gloria infantil. Impuso el señorío de la amarga decepción, y se hizo la soberana de un escenario helado. Durante aquella etapa glaciar, a veces, las notas aún chocaban entre sí, mecidas por un frío aliento. Su sonido metálico de agujas de nieve me susurraban que una vez, yo había tenido un sueño.



Era un día de fiesta, de domingo, de Pascua tal vez. No lo sé. Había mucha luz, y esa luz era de un suave color amarillo pálido. Estaba en mi cuarto, y escuché a lo lejos la desangelada trompeta de los gitanos. Me asomé a la ventana, poniéndome un poco de puntillas para ver mejor, y reconocí en la lejanía la silueta de su humillada cabra. Los gitanos aparecían de forma fugaz e impredecible, con su triste melodía en lontananza como tarjeta de visita, sucios y feroces, para mostrar al vecindario el espectáculo de la cabra danzante al son de una oxidada trompeta. La pobre cabra era obligada a realizar la proeza de subirse a una corta escalera de mano como colofón de todo aquel dudoso show. A continuación, cuando la cabra ya había coronado la cima de la escalera, y se sostenía milagrosamente con sus cuatro patitas apretujadas en el último escalón, comenzaba a caer una lluvia de duros y pesetas, que los más caritativos les arrojaban desde ventanas y balcones a modo de recompensa por el entretenimiento. El chiquillo de los gitanos corría desaforadamente de un lado a otro, persiguiendo el último clic, la última reverberación de la moneda lanzada contra el asfalto, en un esparcimiento metálico que a mí me resultaba arrebatador. Me imaginaba entonces siendo yo niña gitana, bajo una lluvia de pesetas doradas que resbalaban desde el cielo hasta mis manos, cayendo como una cascada tintineante a mis pies, su sabor salobre en mi boca. Porque yo había chupado monedas, supongo que como todos los niños, y conocía  bien ese sabor medio salino y metálico de las monedas baratas.


Aquel día les observaba también, otra vez, como de costumbre, entre excitada y temerosa. Me daban miedo esas miradas hoscas y bestiales. Esas pieles curtidas y oscuras. Me atraía, por otro lado, su halo misterioso, su vida errática, su fuerza y ferocidad, su peligrosa astucia. No era más, en definitiva, que una niña asustada y silenciada. Aunque siempre les vigilaba al detalle cuando aparecían con su número de la cabra, el miedo no me dejaba mostrarme a su vista. Me solía encaramar a un taburete, y permanecer agazapada, parapetada por la aspereza y tupidez de las cortinas de mi habitación.


Cuando el muchacho gitano ya empezaba a retirarse, sentí un impulso poderoso. Mi cuerpo se enderezó como movido por unos hilos invisibles, a cuya fuerza no pude ni quise sustraerme. De un salto, corrí frenética hacia el cesto de mimbre, y, sin vacilar, revolví con frenesí su contenido, y lo cogí. Corriendo, me subí de nuevo al taburete, asomé mi cuerpo por la ventana, y grité. Les llamé, aullé con todas mis fuerzas. Y antes de poder dar ninguna explicación, lancé el órgano por la ventana. El órgano salió volando de mis manos, extrañamente ágil y liviano, como en cámara lenta. Se detuvo incluso unos segundos a contraluz, flotando en la atmósfera amarillo crema, casi diría que me miró con pena, y me dijo adiós. A continuación, lo vi caer en picado, y lo vi aterrizar en las manos de uno de los gitanos artistas errantes. Lo abrazó como el que abraza a su añorado hijo. Los gitanos se borraron con la bruma de la tarde.



Afortunadamente, nadie en casa acertó a relacionar nunca la desaparición del órgano, con los frenéticos ritmos que acompañaron, desde aquel día, las apariciones de la cabra y de los gitanos.




sábado, 7 de noviembre de 2020

ODA AL VÁTER

 Bienaventurado amigo

que a esta silla hoy te arrimas

depositando en sus huecos 

las sobras de la barriga;

recuerda los tiempos antiguos

de las cobrizas bacinas

esparciendo sus despojos

al grito de "¡agua va, vecinas!.

Ya quedaron felizmente lejos

los años del orinal

de la insidiosa letrina,

nauseabundo lodazal,

de las carreras al río

a los montes, las esquinas....;

congratúlate, pues, gozoso,

del fresco trono de aguas 

que a tu mando se retiran

con la ominosa carga

del trasero y/o la vejiga:

que gracias al humano ingenio hoy

con limpieza la evacuación se ventila

y gracias a nuestro primor

la blanca taza impecable brilla

para que tú, inestimable hermano,

nos honres con tu visita.

Elevada pues la dignidad del váter,

justo tributo a la historia,

e inundado su cónico espacio

con mayor o menor parsimonia,

sólo nos queda rogarte

que no dejes entre sus aguas

de tus interioridades ningún baluarte, 

la cadena acciones gentilmente

sin dejar ningún recuerdo

y rocíes con spray el ambiente

si quedare olor a pedo.


Con esta oda quede honrado

el albo y fiel urinario

y tú quedes en paz vaciado

en este nuestro común rito diario.


viernes, 5 de julio de 2019

Snapshots

De acuerdo. Me dices que quieres saber de mi vida. Que te interesa conocer mi biografía.
Empezaré por el principio.
Recuerdo visitar un receptáculo vivo, rosado y tenue, del tamaño de una habitación con forma ovoide, como de unos 20 m2.
Entraba y salía de aquel espacio, que siempre tenía una iluminación muy ténue, y rosada. Y que era cálido, de una temperatura constante.
Alrededor de aquella estancia orgánica había una suave oscuridad, extensa e inocua.
Lo siguiente que recuerdo es la pérdida del estado de gracia. Las paredes de la habitación han menguado, y están mucho más próximas a mi persona, se podría decir que prácticamente me rodean. El receptáculo no debe de tener más de 3 m2 entonces.
Ya no hay luz tenue, sino fibras que cruzan todo el espacio y que emiten imágenes, todas a la vez, y cuentan todas historias que me dejan horrorizada. Toda aquella luz de las imágenes, como de docenas de minipantallas por todas partes, con sus hirientes imágenes, penetran mi ser y me cruzan por todos lados. Todos aquellos hilos quedan enredados dentro de mí. Quedo inserta en un holograma sórdido de heridas femeninas.
Y después, sólo recuerdo el orificio de luz, aquel minúsculo agujero por el que se suponía que tenía que salir empujando con mi cabeza. Siento las paredes elásticas del receptáculo pegadas a mi piel, apretándome con fuerza, deslizándose fuertemente a lo largo de mis sienes, apretando, apretando. Tengo mi primer pensamiento consciente: " Soy muy grande para pasar por ahí. Va a ser muy difícil, pero lo conseguiré". Ya estoy un poco triste y derrotada, y eso que aún no he nacido.

viernes, 27 de abril de 2018

La Manada (especista)

La indignación recorre el tejido feminista. Ciertos sectores del derecho, de la política. La manada humana está furiosa, shockeada, dándose un baño de drama social, sintiéndose repulsivamente viva durante unos días ante los recientes hechos detonados por el fallo del famoso caso de "La Manada" en los San Fermines.

Ninguna manada animal, para empezar, acorrala, droga y abusa de ninguna de sus hembras. Demos a los animales la dignidad que se merecen, y por si acaso.

Y ahora, analicemos cómo esta avalancha de "buenos y decentes ciudadanos" parlotea sobre el abuso cometido contra la joven en el caso de "La Manada" mientras se sienta a cenarse a una cerda, a sus hijos, o se bebe un vaso de leche de ubre materna arrebatada por toda clase de medios agresivos a una pobre persona no humana, que, por haber nacido vaca, va a soportar, no una, sino varias violaciones a lo largo de su vida.

La respuesta al fenómeno de las agresiones sexuales y las violaciones, la tienes enfrente de las narices, en tu nevera, en tu indoctrinación nutricional, y en las estanterías de los supermercados. Si pensaras un poco, sólo un poco, si hicieras ese esfuerzo que le exiges al juez, al político, al legislador ( a quién sea menos a ti, y así te ahorras el pensar, y luego te pones a quejarte, que te sale más a cuenta y además te encanta)....como digo, si pensaras un poco, si investigaras tan sólo un poquito, te darías cuenta de algo elemental: de que tú eres un violador, un asesino y un abusador de animales. Obviamente, no eres tú directamente quien comete los actos criminales contra ellos; tú eres un "buen y decente" ciudadano que se lo delega a terceros, para no tener que ver la sangre, los gritos, los arañazos en las paredes de los mataderos, el olor a cadáver y la extrema violencia que CADA DÍA financias y pones en marcha tú solito/a, por tus santos huevos, y porque no vas a renunciar a tu privilegio de comprar sus cadáveres fileteados ni  su queso (leche materna coagulada).  "Su cuerpo es suyo" ( ¿ os suena, feministas?) y "su leche materna es suya y de su hijo".... ( pero como es una vaca, una cerda o una cabra, entonces, que les jodan..he ahí la impecable y decente lógica especista).

Y eso aunque miles de hembras, miles de madres cada día, tengan que vivir aprisionadas, atadas, en cautividad, tengan que ser violadas para inseminarlas en potros de inseminación forzosa ( sí, anda, googlea e infórmate), penetradas anal y vaginalmente para que se queden embarazadas de un hijo que nunca tendrán la oportunidad de cuidar ni de amar ni de oler ( hay vídeos del procedimiento en youtube): y todo porque tú, especista de mierda, quieres comerte a su bebé fileteado en un restaurante o en casa, y quieres ponerle un poco de queso encima, que no es más que la leche materna arrebatada a una madre violada y a la que le han quitado a su hijo por la fuerza, leche coagulada con las enzimas del estómago de ese bebé, al que han descuartizado antes para arrancarle el estómago y extraer las enzimas de coagulación. Pero tú, tú eres muy decente, moderno y buena persona, y no eres como los criminales de La Manada.

No me jodas con que estás indignado ahora, no me jodas con que te preocupa lo que ha pasado en Pamplona. Te da igual y tus acciones lo demuestran. Me trae sin cuidado lo que digas. Tus actos hablan de quién eres en realidad.

¿O acaso crees que los toros y las vacas pastan libremente y se aparean a voluntad en la naturaleza, mientras humanos les vigilan, justo para entonces, cuando la vaca da a luz, atraparlos y llevarlos a una granja para explotarles? No seas ingenuo, ingenua, sabes que eso no se logra así. Para que te llegue el queso, la leche, los yogures y los cadáveres a casa, existe una MINUCIOSA PLANIFICACIÓN en las psicoindustrias de explotación animal sobre qué día y a qué hora se va a electrocutar analmente a los toros para provocarles eyaculaciones de semen ( qué bonito es ver a tus machos especistas colocándole los electrodos en el culo al toro y poniéndole el cacharrito en la polla para que tengas tu queso de mierda), o el día en que cuatro tíos enfermos a los que tú pagas el sueldo, le van a hacer una paja al toro entre todos ( sí, entérate, una paja), si la granja no posee los "modernos métodos de violación" en sus instalaciones.

Ahora hazte el ofendido, la ofendida. No mires la verdad, cobarde de mierda. Que "tu" queso es infinitamente más importante que dejar de violar masivamente animales todos los días. Ahora mejor vete a protestar a las calles, a los juzgados, al Parlamento, con tu bocadillo de queso y jamón, vete a hacer el puto drama de la víctima social que no eres, o que eres por ignorancia, pereza o maldad. Eres un victimario, que lo sepas.

Con los botecitos de semen fruto de las múltiples violaciones a toros, ahora se van los "civilizados y buenos" ciudadanos a meter el brazo hasta el codo en el culo a una vaca atada en un potro de inseminación forzosa ( así le presionan el útero hacia abajo para una más cómoda insertación vaginal forzada de la cánula), mientras con la otra mano introducen dicha cánula con el semen arrebatado, en el útero de la pobre víctima. Si se queda embarazada, tendrá un bebé que le quitaran a la fuerza, le enchufaran una máquina dolorosa a las ubres, matarán a su hijo, y tú tendrás tu puto café con leche en tu cafetería mientras lees los periódicos y te INDIGNAS por las agresiones sexuales contra los de tu especie animal.

Mientras les enseñes a tus hijos, a tu familia, a tu sociedad, a ti mismo, que la violación vale mientras no sea un humano la víctima, y lo vale por un puto yogur o un puto café al que estás adicto, y que no piensas dejar de tomar PORQUE TE GUSTA, PORQUE "ME DA GUSTO", y aunque haya miles de alternativas a ello en la actualidad.... mientras sigas haciendo esto, tu manada es La Manada, eres igual que ellos, que no se cortan en violar para obtener lo que "les da gusto", sólo que ellos han dado un salto más y lo hacen también con su propia especie. Pero son los tíos de La Manada quienes aprendieron de la sociedad especista en que vivimos, que TODO VALE PARA OBTENER EL PROPIO PLACER, que hay PRIVILEGIOS humanos o del macho, y que, según sea la apariencia que uno/a tenga por fuera, HAY CUERPOS QUE SÍ SE PUEDEN VIOLAR POR RAZONES PERSONALES Y ERRÁTICAS ( vacas, mujeres, cerdas, toros).....y que si el gusto propio está en juego, no hay límites ante el abuso del cuerpo ajeno. Y ésa, ésa es "La Manada Especista".

Ahora enfádate y critícame por decirte la verdad. Es lo único que sabes hacer. A ver si me sorprendes, no obstante, y reflexionas un poco para variar, investigas el abuso animal, la política de control de masas oculta tras el especismo,o  miras el documental Cowspiracy, o dejas ya de una puta vez de comerte a tus propios hermanos de sangre y de carne ( a mis hermanos también), tan animales como tú, tan vivos como tú, con un corazón latiendo como tú, y una sexualidad como la tuya, y con tantos derechos a vivir y a ser respetados como tú. O quizás incluso más, porque, llegados a este punto de locura social y lavado de cerebro mental presente en el humano, más vale convivir con los animales que con estos humanos lobotomizados en que se han convertido los de mi especie, que ya ni humanos parecen, sino arcontes, larvas parasitarias o ciborgs desalmados.

Despierta de una vez. O cállate la puta boca. No finjas que te importa respetar la integridad sexual o corporal de los demás, porque lo cierto es que la violas todos los días por un mero capricho del paladar, y en eso, en el hecho de ejecutar y tolerar cualquier atropello por el propio placer, eres IGUAL, igual que los tipos de La Manada.


jueves, 26 de octubre de 2017

Espirituosos

Ayer recibí una llamada telefónica de la madre de un hombre con el que tengo una causa pendiente con la justicia por malos tratos. Esta mujer me hablaba, cuando la traté en el pasado, de un remanso de "elegidos" por Dios, los cuales constituían su verdadera "iglesia", y entre los que se encontraba, obviamente, ella y los bautizados en su misma secta (utilizo el término en su sentido literal y etimológico). Todos los demás veníamos a ser una horda de miserables ignorantes manejados por el Inicuo, que íbamos a terminar, claro estaba, ardiendo en el fuego eterno por siempre jamás. Si hay algo a lo que aún temo es a esta clase de fanatismo que ciega el sentido común y la inteligencia de las personas, convirtiéndolas a menudo en aquello contra lo que más peroratan: la ruindad personificada.
Esta mujer, cuando mi hijo y yo padecíamos el carácter sumamente inestable y agresivo de su hijo, enganchado al consumo de sustancias desde los dieciocho años, y con el que, sencillamente, me une el hecho de haber engendrado a un hijo en un momento puntual de mi vida, hecho del que me hice plenamente responsable, y que resulta ser bien distinto a tener que padecer a este sujeto por los restos..; como digo, cuando en medio de todo el malestar y sufrimiento causados por este individuo, le pedí ayuda y mediación como madre del tal fulano, se negó ella muy ufana y fría alegando que "el problema era mío y de su hijo exclusivamente" y me pidió el favor de que no la mezclara en algo que no era de su incumbencia.  Así que tuve que seguir lidiando como podía con aquel basilisco grosero e insoportable, chulo como sólo lo puede ser un canalla, mientras ella hacía su vida como si tal cosa, eso sí, asistiendo a misa de sabbath cada semana, fervorosa y religiosamente como mandan los cánones.
Mi única falta a día de hoy resulta ser la de haber creído amar a un hombre que sólo existía en mi imaginación, al que yo, en mi profunda ingenuidad y falta de visión, creía poder "salvar" de su depresión existencial y sus perennes problemas con todo el mundo. Años después, con una paliza a mis espaldas, varias amenazas, insultos, intimidación con arma blanca, gritos, abalanzamientos y desvaríos constantes, con mi hijo de tres años abandonado en un coche en un párquing subterráneo en dos ocasiones, varios golpes e insultos de "su" padre, el primero de ellos a los dos meses de edad, cuando azotó al bebé porque estaba llorando, y eso, el llanto, le había puesto nervioso, y tantas otras barbaridades y agonías que ahorro al lector de este artículo, padecidas por mí y por mi hijo, como digo, ahora, ayer mismo, me llama la susodicha beata "por error" y me pregunta por "su" nieto (al que no ha cuidado ni una sola vez desde que nació porque ella es una mujer "trabajadora"-palabras literales- y no es "esa clase de abuela"- transcribo literalmente-), y me dice lo mucho que sufre su hijo por, parece ser, mi causa.
Y hoy es el día en que no puedo más con los descalabros de otros, ni estoy dispuesta a callarme ni a echármelos yo a las espaldas como hice durante tantos años sin ningún resultado (bueno, sí: que los inestables se sentían con más cancha para hacer daño a quien sólo trataba de vivir en paz y colaborar sin faltar a nadie). Señora Elegida: si durante tantos años no se involucró en los problemas que su hijo nos generaba, ¿por qué se presentó a apoyarlo en sede judicial cuando éste me demandó falsamente por sustracción de menor cuando me disponía a irme de vacaciones a Méjico con mi hijo después de tres durísimos años de crianza? Si nunca ha intervenido, ¿por qué me dijo en los mismos juzgados que yo era una mujer incapaz de sostener a mi hijo y que iba a apoyar al suyo, que no tenía ni trabajo ni vivienda propia, ni satisfacía pensión alimenticia desde hacía meses, para que me retiraran la custodia? Y ¿por qué me llama ahora para tratar de hacerme sentir mal por las acciones que son exclusiva responsabilidad de su hijo? Su grado de incoherencia y mala baba es tal, que me apetece exponerla a usted, tal y como usted me ha expuesto a mí a la indefensión y al chantaje emocional. Si quiere, ocúpese de sí misma y de sus acciones, y mire si le parece ético el haber estado involucrada en la conocida estafa de las ruedas de solidaridad, percibiendo varios miles de euros de los incautos que se tragaron el cuento, euros que se destinaron al embellecimiento de su chalé de San Vicente (todo en negro, claro), mientras afirma pertenecer a una grey de escogidos de especial pureza espiritual y habla del recato y la humildad material. ¿ Dónde estuvo la "solidaridad" de estas ruedas que usted puso en marcha cuando se trató de toda la gente que perdió sus ahorros en la estafa? ¿Acaso le devolvió usted el dinero a aquellas personas que se lo entregaron en un acto de confianza en usted? Yo le responderé: no sólo no lo hizo, sino que se apresuró a invertirlo en una reforma de lujo en su chalé de doscientos metros cuadrados en que vive sola. ¿Y se atreve usted a moralizar a alguien? ¿Y encima predica usted el evangelio y se cree escogida? ¿Escogida por quién y para qué, si hace usted el favor de aclarar? A veces siento que esto es locura pura y dura, y con los locos que no lo saben que lo son, ni están dispuestos a mirar su locura de frente para sanarla, estamos realmente en manos de la providencia, que ojalá pinte cuerda y clara. Una mujer como usted, que afirma que fue maltratada y abandonada por su marido con tres hijos, que conoce a la perfección, supongo, lo que eso significa, ¿cómo es posible que ahora juegue usted al verdugo conmigo? Sé que es difícil mantener la objetividad cuando se trata del hijo de una, pero usted misma ha tratado de socorrer a su hijo en varias ocasiones reconociendo su grave problema de adicción y le ha diagnosticado bipolaridad con el "quantum" que usted maneja como herramienta de curación, mientras afirma por otro lado que "las cosas de la nueva era" son " engaños del maligno para el extravío espiritual de las almas", y usa a su vez terapias alternativas de la "nueva era" en su clínica de Alicante...incluso le ha negado alojamiento a su propio hijo en su casa por las faltas de respeto graves de éste hacia su persona y su hogar cuando éste se encontraba sin sitio donde dormir....¿cómo se atreve ahora usted a decirme nada? Déjeme en paz, si es que sabe usted lo que eso significa, déjeme tranquila y haga usted acto de contrición si lo desea, olvídese de mí, que soy el menor y último de sus problemas, déjeme, por la gracia de Dios, y hurgue en su conciencia si es que le apetece hurgar en algún sitio, contemple sus propias incoherencias y lagunas, si es que puede o quiere hacerlo, y déjeme a mí y a mi criatura vivir en paz, que es lo que tenemos desde que su hijo desapareció de nuestras vidas...si me quiere pedir disculpas por haberme denigrado y atacado en sede judicial, por haberme generado sufrimiento y haberme amenazado con que yo no tenía dinero ni medios para sostener a mi hijo y que iba a tratar de argüir eso mismo para quitarme al niño, después de los enorme sacrificios que hice para sacarlo adelante dada la ineptitud, arrogancia y agresividad de su hijo, y siendo como soy la única que se ocupa de la crianza y del sustento económico propio y de mi criatura, le digo bien claro: no vuelva a dirigirse a mí si no es para disculparse sinceramente y empatizar como mujer y como madre. Cosa, que por otro lado, y muy a mi pesar, no veo probable que suceda, dado que tantos años estuve ahí en silencio y respeto, aguantando y soportando a un enfermo emocional, sin ayuda ni opinión de nadie de su familia, y ahora que me quito el muerto de encima para proteger la integridad mía y de mi hijo, resulta que usted ya no es la que "se mantenía al margen por ser éste un asunto estrictamente privado entre su hijo y yo", sino que ha tomado claro posicionamiento, se atreve a moralizarme o exigirme cuentas, demostrando su falsedad y el triste hecho de que poco o nada le importo yo como madre o persona, ni tampoco mi hijo, al que abofeteó durante una de las pocas visitas que le pagó cuando tenía sólo dos años y medio, pocas, sí, dado que usted era y es una mujer empresaria muy ocupada; ayer en cambio me llama usted con voz de pena que no disimulaba el odio que permea su ser, me intenta hacer creer que mi hijo algo le importa, y trata de hacerme sentir mal o responsable por la vida de su hijo, que sólo me interesa en la medida que pueda afectar a mi hijo en su equilibrio y bienestar. Mírese más bien a usted misma si le interesa criticar o sermonear a alguien, mire lo que ha hecho usted en el pasado, mire por qué ninguno de los padres de sus otros nietos tienen presencia en su familia y están expulsados de su vida familiar, mire por qué estoy ahora yo expulsada si le interesa y por qué ha vuelto a suceder lo mismo en su ámbito familiar, míreselo si le place y ojalá que la luz le golpee el entendimiento....¿ o será su temido (aunque ya no sé si tal vez amado en el fondo) Satanás la que la está obnuvilando y usándola para hacer el mal? El que ama al hijo, ama a la madre- cito cuasi bíblicamente, pues ya se sabe que en la Biblia, el prota siempre es un hombre y Dios tiene únicamente nombre de varón.

martes, 24 de octubre de 2017

The Laberynth thas was never meant to be there

Have you ever consided the fact that we may all be inside a huge laberynth, built by psychos who enjoy keeping us locked in there and who make any single effort they can in order to keep us trapped inside their intricated device, while they decide whatever they like about our Earth and our lifes?

Well, that is the system we live in. It is a system, because it is systematized, programmed and organised. And not precisely for the general well being of all us.

The only way of getting out a laberynth is by breaking its walls. And we all have to break the walls together, because otherwise, we will never get out.

The laberynth is watched, monitored, full of traps, lies and dellusions that keep you away from real life and real nature.

It is not only a tangible physical one, but an invisible one as well.

We are all slaves, and spirituality is the big myth we rumiate in order to not face the scary fact that we are trapped in a well designed, wicked slavery system, designed to keep us busy in stupid obstacles put in the laberynth by the same people who hate us as species, and to keep us away from real contact with nature, from real soveraignity over our resources, and from the real development of our gifts.

So, you know? You should not be suffering because of money. And no matter how the new age people try to fool you by saying there is plenty of money for everyone, truth is THEY PRINT THE MONEY WITH THEIR MACHINES, THEIR NOTES ALL HAVE A SERIAL NUMBER, and, therefore, the number of notes is traced, controlled and conveniently reduced or increased to keep the laberynth going with the note chasing struggle. And we all play the game. Because we are menaced to die if we do not. How nice the narcissistic system is!!!

Truth is, Nature is really abundant FOR REAL, AS SHE DOES NOT PRINT A CODE IN EVERY FRUIT SHE BEARS FOR US. You will never find an apple with a serial number, and THAT, that is real abundance. And that, that is real overflowing generosity.

People, please wake up. It is urgent. We will not make it if we do not open our eyes to the reality. That we are kept empoverished, limited and opressed by a system which keeps us BUSY ON IRRELEVANT THINGS ON PURPOSE, while they enjoy their private islands and places ( places you will not even find in THE MAPS THEY MAKE UP FOR YOU), they trade with our earthlings the animals and slaughter them with no remorse (and they have managed somehow to convince us that OUR ANIMAL PEOPLE ARE BORN TO FEED US  AND TO BE SLAUGHTERED).

Do you really want to expell the demon from inside? Do you want to acknowledge you are a part of that mentality? Do you want to be a whole person? Or do you still want to be a torn one? Please, can  you decide who wins in the battlefield your body represents in this game? You are the territory to conquer, and you are the one who will be deciding the final result.

Lies are everywhere: lies about you, about your true nature, about your body, about your mind, about your sexuality, about finances, lies about food, lies, lies, lies.....about animals, about almost everything you can think of.

You were ment to be free, wild and happy. You were meant to do no harm, to enjoy the naturally psychodelic nature of life. To enjoy your kids, your people with no fear or anguish. To create magnificent things, or simple amazing things. To surf the seas, to fly the air, to flow with the perfect order of Nature, to live as much as you wish to live.

Please, wake up. Let us just break down the walls of this fake reality that is orchestrated for us every day to keep us mentally kidnapped. We are literally hallucinating, drugged with junk food, corpses, blood from murdered animals, fake and depressing news and beverages...that keep us all just like in a 3D game they program with the sole purpose of HAVING FULL DOMINION OVER OUR PLANET, OUR PEOPLE, OUR ANIMALS, OUR SOULS AND OUR BODIES. The same way you see a person with a 3D device on having a paralel experience to the point you could even manipulate the program so they have a heart attack or you can lead them to the edge of a cliff and make them unconsciously jump....well...that is the reality you are living in right now!

Let us be conscious the whole system is a fucking lie, a fucking fake substitute of our true meaning as people, as universal people living on Earth. The system is like the narcissistic abuser who tricks his/her mind's victim to such extent, the victimised one ends up believing the lies and conforming to a lesser version of themselves, conforming to poverty, to fight and to survival. To mental abuse, to emotional abuse, to sadness, to mystical pseudoexperiences ( there must be a legendary reason for that, the karma of previous lifes, bla bla bla....ALL ABUSER'S TECHNIQUES TO KEEP YOU FEEDING THEIR BLOODY APPETITES).

Unless we do not acknowledge the fact that we are not living the life we intimately dream and hunger and are thirsty for....and that every day we wake up to conform to the laberynth sick mind game they keep on fueling for us to finally die of tiredness, desperation, depression, solitude or simple aging occuring as as consequence of not having access to pure clean wild water, to real pure food, to nature, to real love and companionship, to real excitement and joy, to real natural amazingly funny exercise......unless we do not realise and break the walls all together, the suffering, the mind control and the fake seduction will continue. And haven't we all known already what is the final price we pay for this slavery? Yes: DEATH.

This system mirrors their creators: a bloody seductor type who uses all kind of tricks to keep you as a resource, as a piece for their gaming, as an entertainment, as a victim. And they fool you with many strategies, being the carnist strategy the most evil and sick strategy of all. Do not be part of the death club, people, let us get out and start living the nice life that we all dream about and we all remember deep down somewhere and let us not permit that they steal our lifes anymore.

Because they are stealing our lifes, our children's lifes and our animal's lifes by means of their perverted twisted mind tricks and dellusions. And lies.

Multiple dellusions that keep us hallucinating a kinda nigtmare, where real life desperately at times hits us and gives us a glimpse, a brief taste of what we know deep inside IS THE REAL THING.

Veganism is the first necessary step to expell the violent ones from within, from a cell level. Open your eyes to the hell slaughterhouses are, and be aware slaughterhouses are the main engines for the elites to keep the level of fear and violence high enough as to supply the laberynth with enough energy supply. By eating the corpses of our brothers and sisters, you add up power supply to the maintenance of the narcissistic psychopathic lunatic elites that are ruling us and whose main treat is FEEDING ON LIFE. Destroying life.

The ultimate technique for control of slaves is TO MAKE THE SLAVE PLAY THE VERY SAME SLAVERY GAME FOR THEIR MASTERS, and swallow the pill that THE GAMES IS THE REALITY. Well, it is not. Unless you call psychopathic life, a real life.

Wars, terrorism, animal holocaust, corruption, fear, crisis,generalised violences, flesh eating...are you afraid of hell? Well, you are already there!

Let us reclaim our planet back to us. But that will never hapenned until we withdraw from the first and most hidden mind control strategy of all: CARNISM.

You are not a predator ( they are), you are not wicked ( they are), you are not born with any original sin ( they are), you are not meant to work for a whole lifetime and die ( they wish you are for their own benefit), you are not meant to suffer ( they feed on it though, so they create suffering for you), you are not meant to eat dead people.

So now, you know....Let us just do it. Because when some of us gets out the laberynth after exhausting efforts, they are still waiting for us out there, and push us back inside ( they are many, we are just a few), and when we tell you the truth, you go and hide inside the laberynth even further, and they grin at us with a victory twisted smile. We gotta unite in this, or we will perish. Because they are taking away resources, polluting our planet, killing our people and deforesting our beautiful lands.

Please, just wake up.