miércoles, 4 de marzo de 2015

El Joker



Mi Amado me forma y transforma,
Siempre me piensa, y me ciñe y me bruñe,
y ahora me tira y me pisa,
luego me frota,
después me abandona
y en el abandono sólo piensa en que me ha abandonado.

Mi Amado tiene una mente enfebrecida
que me esculpe y me pinta
y me tira como un boceto inacabado
para retomarme de nuevo
y se obsesiona
y en sueños me habla
y me tuerce el gesto y la boca.

Mi Amado no deja de pensarme ni un minuto
y me toma y me deja
en su mente, una vez tras otra.

Cuando hablo de los Jokers,
me hace su bufona.
Cuando hablo de los niños,
me hace su matrona.
Cuando sueño con un barco y un crucero
se me torna marinero.
Cuando pienso en la masacre
me retuerce el pescuezo.

Mi Amado y Yo somos como una cosa sola
él mi ánimus, y yo su ánima
yo la chispa que arranca la alfombra mágica
él, el conductor de esa alfombra.

Mi Amado y yo nos desterramos,
y somos la tierra seca que pisamos
en la tortura del desierto.

Hasta cuando queremos
el uno al otro olvidarnos
sólo estamos recordándonos
pero desde el otro lado.

Mi Amado y yo siempre estamos
dentro de un traje
que pareciera no tener fin
en sus caprichos y formas.

Yo no quiero amar a otro
ni creo que pudiera.

Yo no querría siquiera amar a ese otro,
aunque existiera.

Yo no querría amar a uno mejor que él
ni más guapo
ni más joven
ni más listo
ni más alto.

Aunque me cueste aceptarlo
yo a este insidioso y estúpido hombre
yo, le amo.

Le amo, le amo, le amo.

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