domingo, 11 de enero de 2015

Celoso de sí



Amor, celoso estabas, celoso de ti mismo.
Celoso de ser el único.

Celoso de tu propia realidad.
Celoso de tus propias pertenencias.
Celos de tus propias esencias, de tus mismos sueños.

Amor, celoso eras de quien me rodeaba,
cuando que todo lo que me rodeaba era el amor que te tenía.

Celoso de mis ojos perdidos en el brillo de las estrellas,
cuando que por ti se encendían y existían.

Amor, celoso y rabioso estuviste de nadie,
pues nadie hubo en mí nunca más que tu propia imagen.
Celoso de tanta belleza, que no creías tuya en realidad.

Amor, celoso estuviste de tus propios tiempos verbales:
celoso de mi amor en el pasado, al que volé para recuperarte,
pues siempre en él estuviste: en mis años de niñez cuando quería llamarme con otro nombre,
cuando pinté el mar con acuarelas a los dos años de edad, y fracasé,
y decidí que no sería pintora,
celoso de haber sido tu novia siempre, en cada paso del tiempo, en cada rostro incompleto.
Amor celoso de un futuro inexistente, de un presente perenne y perpetuo de sí mismo.

Amor, has querido matarme y golpearme para que no te abandonara,
cuando que nunca me fui de casa ni tuve intención de hacerlo.

Amor que ha querido matarme para que le abandonara,
cuando que no me puedo ir de allí donde nada hay más que la vida que soy.

Celoso estuviste de tu propia adoración sin límites,
de tu misma faz divina.

Amor, te has ido a un desierto de ilusiones,
donde mora Satanás y todas sus tentaciones.
Cada fragmento soy yo, negada.
Cada esquirla de humo eres tú, negado.
Cada eón inmisirecorde somos nosotros, negados.


Amor, qué celos tuviste del Cielo...
cuando que vivías en él todo el tiempo....
en todas sus moradas, en todos sus conventos,
en todos sus silencios, en todos sus imposibles muertos,
en todos y cada uno de los rayos de sol que hubo y hay y habrá desde entonces,
desde los tiempos de la Fuente,
mi amor, mi amor eterno,
mi amor eterno........

Celoso del más magnífico de los sueños......
Celoso, celoso maestro....
Celoso Dios, celoso amor de mis agallas.

Mi Dios querido, mi niño, mi alma, mi negación,
mi sombra y su luz, mi reflejo brutal,
mi éxtasis.

Celoso estuviste si nunca he dejado de amarte
ni en cuerpo
ni en alma.

Celoso de la búsqueda de ti,
celoso de la nada.

Bendito seas, Sagrado Corazón de mis Mismas Entrañas.




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