viernes, 8 de agosto de 2014

Cincuenta sombras y más....

Ya lo sabía, que amarte sería
transitar tu infierno
ser de mil y una formas torturada,
con los látigos de cuero
con las abrasivas lanzas
con la indiferencia
con el martillo
con la brutal maza
con la daga envenenada de la traición
con la soga al cuello
con la afilada hoja de la guillotina
con la pólvora en el vientre
con la desgarradora mina de mil puntas
con la explosión arrasadora y atomizada.

Desde antiguo has jugado
a los juegos de la muerte
de la muerte sin dulzura
de la ignominia demente.

Ahora me has reducido a una masa de carne asquerosa
que hasta ésa te complace
al verla reducida a la podredumbre
y saberte creador homicida
y obtener tu poder de mi muerte.
Eres amante de lo mórbido
de lo sórdido y maquiavélico
amigo de asesinos enfermos
amante de vampiras indecentes.

Soy esclava también
de tu gusto por la mentira
de tus complots putrefactos
soy una triste figurante
de tus sueños de muerte.
Haré lo que me pidas
pues de otra manera no puede ser
y si de mi sangre quieres nutrirte
otra cosa no he de poder hacer.

Ahora sabes que sobre mí tienes poder.
Porque estamos unidos por un hilo que no se quiebra
ni se quebrará jamás
del que tiras como un animal loco
que me arrastra a penurias sin fin
donde sólo me cabe aguantar y sufrir
porque algo no comprende
que lo que a ti te haces me lo haces a mí
y que has decidido tomar el mando
desde la opresión y la dictadura
donde el destino será el descalabro,
la guerra, los escombros,
la triste basura.

Piensa en todos nuestras dulces criaturas,
no creas que es sólo una,
que a ti sólo pertenece en tu locura,
son muchas y sufren y lloran
y reclaman tu progenitura
padre loco donde los haya
desdeñoso de su propia hechura
creador de clasismos contra sí mismo
atrapado en el incesto
de la especialidad inexistente
que sólo pobreza genera
pues si mendiga me tornas
mendigaré entonces despreciada
mientras tú juegas al señorito
que nada tiene en realidad
salvo un fatal espejismo.

Son todas tus sombras las que transito,
todas tus sombras, querido mío,
todas tus más profundas sombras
todas tus sombras, asesino mío.

Y ahora llegamos a la más espesa,
la más profunda, la más aviesa....
reconóceme por fin
pues ya no te queda otra.
Tal y como te prometí
te sigo amando inmensamente
nada de lo que me hagas cambiará nunca
el amor profundo que mi corazón siente.
Nada, querido mío, nada.
Nada podrá cambiarlo, ni siquiera el abandono y la muerte.
Nada.
¿Te atreves ahora a comprobar si este amor es posible?
¿Te atreves o no, sabiendo que no podrás evitar enfrentarte a él
hagas lo que hagas
digas lo que digas
sufras lo que sufras
goces lo que goces
con miles o con ninguna
con otra que no soy yo
y que en realidad ni siquiera importa?
Pues hasta la otra por mí pasa
y no llegará jamás a tu puerta
si no me enfrentas primero
con un acto de amor sincero.

Mi amor, yo te libero.




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