domingo, 24 de agosto de 2014

El jeroglífico del tiempo


Si me niegas el presente, te negaré yo todos los tiempos.
Si aniquilas mi presencia, no seré tampoco un resto de ningún pasado.
Si me asesinas como futuro, no esperes encontrarme en nada pretérito, y mucho menos ahora.
Pues yo soy ubicua, y estoy para ti o no estoy.
Yo soy. Siempre.
Me extiendo en los confines de los Orígenes y abarco el Futuro que no se termina nunca.
Yo soy ahora y siempre.
Y si pretendes hacer conmigo una imagen muerta, muerto estarás tú en tu propia memoria.
Pues no paso porque niegues la vida que soy.
Pues no paso porque me troques objeto, aunque sea objeto mental con que divertirte o pasar el tiempo.
Si no existo para ti, no existo.
No existo ahora, ni existí antes, pues antes era yo la misma que ahora. Pretender otra cosa es, de la vida, mofa.
Si pretendes convertirme en un recuerdo muerto, el único cadáver vas a ser tú.
Pues yo estoy viva, y soy la que siempre fui a tu lado.
Sigo teniendo las mismas manos y los mismos sueños, la misma música y los mismos besos.
Si me niegas ahora, es que siempre me negaste en realidad. Y no seré ni fui para ti nada.
Sufrirás un ataque de Alzheimer y nada más que eso. O serás un errante lunático que habla con sus propios espejismos. Que se cree pintor, que se cree músico.
Y tu obstinación en borrarme será tu sentencia de muerte firmada por ti mismo, que no la mía, porque yo sigo viva ahora. Tal vez, al olvidarme tú, te olvides a ti mismo.

Yo en cambio siempre te recordaré como los restos de un naufragio que desapareció de mis costas.
Yo no te olvido, porque vivo.
Porque perder la memoria es como ser un fantasma, ese ectoplasma insoportable, ese zombie de las dimensiones, un niño siempre herido.
Y yo vivo, y estoy radiante, y respiro, y sueño y amo, y brillo.
Me has negado como Pedro negó a su amigo. La diferencia está en que yo no soy Jesucristo. No tengo misiones de redención ni ascenderé a los cielos en el tercer día de ningún año. Pues yo vivo en el cielo y en la tierra: así en el cielo, como en la tierra.
Soy la que siempre fui, la que siempre soy: el ataúd que te empeñas en forjar en esa realidad que no puedes alterar por mucho que te obceques en hacerte el muerto: eres un houdini enloquecido en mis recintos tanatorios, velado por mis flores y mis coronas, el Siemprevivo, el Siempredivo, el más jilipoyas de todos los que hubo jamás. Son mis tablones los que contienen tus huesos adormecidos.
Soy el fuego que te consumirá en la pira funeraria que no consume nada, salvo tus locuras negatorias.
Juega ahora a la demencia senil, no importa. Aquí, en las tierras del Presente, siempre recordaremos tus extrañas paranoias.
No me hallarás en ningún tiempo verbal, pero tampoco terminarás de olvidarme. Te arrastrarás por otra espiral, en tu negación infame. Sin darte cuenta, debido a la anestesia del tiempo, creerás que has olvidado, embebido en tu frenético movimiento. Movimiento que no se mueve, aunque creas que estás viajando a alguna parte. Un hámster, a tu lado, ya lo habría captado.

El más taciturno de los mortales quiere no-ser. Dice que yo no soy ni existo, pero habla de mí en pasado. Aún no conoce los misterios del tiempo.
Hágase pues tu voluntad, y olvida.
Yo, estoy viva. Ahora ya sabes que la muerte, es mentira. La del amor, es mentira.
Sólo muere lo que jamás existió, y yo, mi amor, yo estoy viva.
Pero si insistes en lo contrario, muere pues, mientras te hago el velorio. A nadie engañas más que a ti mismo, haciéndote el paralizado.
Dios Mío, que misterios tienes a veces, tan extraños.....sigue rezando así, y te aplicaré anestesia milenaria. El único dormido serás tú, y porque quieres.
Mientrastanto, seré lo que soy. Muy a tu pesar. Y tú, tú si que estarás en tierra de nadie.....en la tierra de los imposibles, de los amores negados, máxima imposibilidad donde las haya.
Yo, te amo. Aunque sea en tu ausencia de memoria. Aunque sea sin tiempo. Aunque digas que no. Aunque te hagas una lobotomía. Aunque sufras epilepsia. Nada impedirá que yo viva, y yo, yo te amo.
Por eso mismo, estoy viva.
Y siento decirte que contra eso, nada puedes, ni tú, ni yo, ni nadie, ni el tiempo que no pasa, ni el tiempo que se cree que pasa, ni el presente, que no cesa.
Por eso mismo, porque soy el Verbo primero, La que Ama, por eso mismo, estoy aquí siempre.
Yo Soy la que te Ama.

2 comentarios:

  1. LA MEMORIA, TREMENDO TEMA IGUAL QUE EL TIEMPO. FELICITACIONES POR HABERLO ABORDADO CON TANTA GRACIA Y TALENTO, además de conocimiento y poesía. Nada más y nada menos que lo que determina que esta experiencia vital lo sea o no. Gran trabajo!

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    1. Gracias....( inclinación de saludo de agradecimiento en tarima de teatro ante un público vacío, anónimo y sin cara.....). En serio, gracias.

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